Paulo Freire. Revista de
Pedagogía Crítica
Año 15, N° 17
Enero – Junio 2017
ISSN 0717 – 9065 ISSN
ON LINE 0719 – 8019
pp. 41 - 67
La
red de educación y desarrollo humano: una reconstrucción
colectiva desde la sistematización de
experiencias
The
education and human development
network: a collective reconstruction from the systematization of experiences
El documento que aquí se
presenta contiene el resultado de un ejercicio investigativo de carácter
cualitativo en el que se estudia la experiencia de la Red de Educación y
Desarrollo Humano (en adelante REDH). De forma concreta, se realiza un
acercamiento a los procesos vividos por parte de algunos de los integrantes de
la REDH a través de la sistematización de experiencias como una metodología
participativa en la que se reconstruye la historia a diferentes voces por estos actores colectivos. Durante este
ejercicio investigativo, se realizaron una serie de encuentros y tertulias de
carácter colectivo, se llevaron a cabo algunas entrevistas individuales y se
adelantó un proceso de búsqueda, recolección y lectura de documentación
producida por la REDH, con el fin de caracterizar los grandes acontecimientos,
actores, actividades, procesos, conflictos y puntos de vista que los propios integrantes tienen sobre su
experiencia vivida dentro de la REDH. En la metodología, se aborda la
sistematización de experiencias desde el enfoque crítico social y con un
énfasis en la reconstrucción colectiva de la historia, como herramienta para la
recolección de la información de la experiencia de la REDH.
Palabras Clave: sistematización, experiencia, red, educación, desarrollo humano.
*
Universidad de Manizales – CINDE, Manizales, Colombia, jmelenge@cinde.org.co
** Universidad de Manizales – CINDE, Manizales,
Colombia; jforrego@cinde.org.co Fecha de Recepción: 30
noviembre 2016
Fecha de Aceptación: 18 abril 2017
The document presented here contains the result of a qualitative
research exercise in which the experience of the Education and Human
Development Network (hereinafter REDH) is studied. In concrete form, an
approach to the processes experienced by some of the members of the REDH is carried out through the
systematization of experiences as a
participative methodology in which the story is reconstructed to different
voices by these collective actors. During this investigative exercise, a series
of collective meetings and gatherings were held, some individual interviews
were carried out and a process of search,
collection and reading of documents
produced by the REDH was carried out, in order to characterize the great
events, Actors, activities, processes, conflicts and points of view that the members themselves have
about their experience in REDH. The methodology addresses the systematization of experiences from the social critical
approach and with an emphasis on the collective reconstruction of history as a tool for the collection of information from the experience of REDH.
Keywords: systematization, experience, network, education, human development.
La sistematización es un proceso permanente y acumulativo de producción de conocimientos a partir de las experiencias de intervención en una realidad social (Barnechea, González y Morgan, 1999). Nace por la preocupación de aprender de la práctica y de construir conocimientos significativos a partir de la recuperación y revisión crítica de la misma, o de algunos de sus elementos más relevantes, para poder compartirlos (Jaramillo, 1994).
Teniendo en cuenta que la sistematización es una forma de producir conocimientos, se considera un tipo especial de investigación cualitativa. Se caracteriza, básicamente, por cuatro aspectos: en primer lugar, por su objeto de conocimiento: mientras la investigación cualitativa se propone comprender un aspecto o dimensión de la realidad social, la sistematización se apropia de las experiencias que se generan en las intervenciones sobre esa realidad, es decir, se ocupa de la experiencia que se genera a partir de una práctica social. En segundo lugar, se caracteriza por su propósito, ya que su principal finalidad es generar conocimiento a partir de la experiencia de dicha práctica social. En tercer lugar, por su flexibilidad en cuanto a la diversidad de métodos que se pueden utilizar para recolectar la información. En cuarto lugar, por la participación de los actores involucrados en la interpretación o análisis de su propia experiencia.
La REDH, durante el tiempo que lleva activa, ha adoptado una lógica interna de trabajo que le ha permitido mantener su labor formativa e investigativa haciendo aportes a la educación y el desarrollo humano. Ha transitado por diferentes momentos en su desarrollo, presentando logros, dificultades, aciertos y desaciertos, lo que ha proporcionado unos aprendizajes en sus integrantes, que no es otra cosa que la experiencia que se genera en la intervención de una realidad. Por ello, es que se ha considerado importante para el porvenir de la REDH la sistematización de su experiencia como una oportunidad para reflexionar sobre su quehacer y visualizar los aprendizajes que se generan a partir de su práctica.
En particular, la experiencia generada por la práctica de la REDH es un buen objeto de sistematización, en tanto que comprender su experiencia para mejorar su práctica, puede contribuir a la reflexión sobre la investigación y la formación de investigadores en educación y el desarrollo humano. En otras palabras, el quehacer social de la REDH es un componente que requiere ser reconocido, estudiado, valorado y comprendido, ya que develar sus procesos supone generar un conocimiento y un saber desde la práctica, empezando a hacer conciencia acerca de lo que se realiza, por medio de análisis e interpretación de la experiencia, en las formulaciones y en las concepciones (Ghiso, 1999).
Este trabajo es un aporte al esfuerzo por la cualificación de las prácticas de la REDH y también un esfuerzo por dar continuidad con un ejercicio confrontación para el reconocimiento de otras formas de conocimiento que circulan en la periferia de la academia y que son las principales razones y emociones que justifican este ejercicio participativo-investigativo-formativo propuesto por la REDH.
Cada sistematización de experiencias supone una construcción. No obstante, esto no quiere decir que nos sea posible definir unos momentos, instrumentos y procedimientos para su realización. Tampoco quiere decir que cualquier investigación que involucre a las comunidades de forma dialógica y participativa se pueda denominar como sistematización de experiencias. En palabras de Torres (1996, p. 15), se destaca que:
la flexibilidad y no la linealidad de su desarrollo, en la medida en que como investigación cualitativo-crítica se desarrollan simultáneamente los procesos de reconstrucción, interpretación y transformación de la experiencia, a la vez que se busca la participación y la formación de sus integrantes, así como la comunicación de los avances y resultados de la sistematización.
Así como existen diversos acercamientos epistemológicos a la sistematización de experiencias, también son diversas las concepciones de sistematización y “la manera como conciben ellas las formas de producir saber” (Mejía, 2008, p. 19). Mejía encuentra que cada concepción de sistematización produce formas particulares de categorías, las cuales se caracterizan por no ser neutrales y emergen dependiendo de la percepción que se tenga del conocimiento, los saberes, la lógica, la realidad, el poder, la objetividad, etc.
En este sentido, el autor construye una serie de tipologías, a partir de las cuales define algunas de las concepciones de sistematización que ha encontrado durante la revisión bibliográfica de diversos textos, ensayos y documentos que tratan este aspecto. Para Mejía, las principales concepciones que existen respecto a la sistematización de las experiencias son: fotografía de la experiencia, sistematización como reconstrucción de la experiencia vivida, sistematización como obtención de conocimiento a partir de la práctica, sistematización dialéctica, sistematización como praxis recontextualizada y la sistematización como comprensión sistémica.
Con esto, el autor demuestra que no existen concepciones únicas o neutrales frente a la
sistematización de experiencias. Así mismo, corrobora el hecho de que tampoco
existe ninguna propuesta de este tipo en la que se encuentre ausente una
concepción “implícita o explícita del
conocimiento, la realidad y los actores sociales” (Mejía, 2004, p. 35).
Finalmente, desde este enfoque de las concepciones de sistematización, se puede reconocer la posibilidad de deconstruir y reconstruir nuevas categorías de análisis y marcos de interpretación de la realidad social, siempre que se vuelvan sobre ellos con la finalidad de evaluarlos críticamente a la luz de las prácticas sociales que se buscan comprender.
A toda sistematización le antecede una práctica. A diferencia de otros procesos investigativos, a este le antecede un “hacer” que puede ser recuperado, recontextualizado, textualizado, analizado y reinformado a partir del conocimiento adquirido a lo largo del proceso. Todo sujeto es sujeto de conocimiento y posee una percepción y un saber producto de su hacer. Tanto la acción, como el saber sobre la acción que posee, son el punto de los procesos de sistematización, los que son procesos de interlocución entre sujetos en el que se negocian discursos, teorías y construcciones culturales. Durante la práctica existen múltiples lecturas que tienen que hacerse visibles y confrontarse con el fin de construir un objeto de reflexión y aprendizaje común.
La comprensión de la práctica como un elemento histórico en un conjunto de relaciones en las que resulta necesario considerar las condiciones materiales de posibilidad en las que se desarrolla la existencia de las sociedades humanas supone un gran avance frente a la historia acontecimental propia de las historias políticas oficiales. Estar en condiciones de comprender que las distintas expresiones culturales -formas de organización, producción, expresión, orden, control, resistencia, consumo, actuación y pensamiento- se encuentran históricamente mediadas por el contexto en el que emergen y se desarrollan, posibilita la emergencia de una visión mucho más compleja respecto al estudio del pasado.
La Reconstrucción Colectiva de la Historia –RCH- es un enfoque investigativo de la Sistematización de Experiencias, que:
…busca re-construir la historia/ memoria de hechos y procesos compartidos por colectivos populares (organizados o no) involucrando activamente a sus protagonistas; además de enriquecer el saber social del pasado común, la RCH busca fortalecer procesos de identificación y organización colectiva. En fin, pretende empoderar los colectivos populares y fortalecer su memoria, su sentido de pertenencia y sus lazos sociales (Cendales y Torres, 2001, p. 67).
Para la RCH, lo más importante es que las propias comunidades puedan consensuar y hacer explícito el sentido que le otorgan al pasado común que las y los identifica, buscando con ello la interpretación de sus experiencias a partir de los interrogantes, requerimientos y necesidades del presente. Lo anterior lleva a que, en esta modalidad investigativa, más que producir conocimiento sobre los acontecimientos del pasado, se indague el significado que dichos sucesos y procesos tienen para quienes los vivieron. De esta manera, lo más relevante no es analizar si lo que se rememora encaja o concuerda con las demás partes que conforman un momento o periodo histórico, sino preguntarse por qué la gente recuerda y reconstruye su experiencia de la forma en que lo hace.
Hicieron parte de la unidad de trabajo actores que han participado activamente de los procesos de la REDH. Entre ellos, se encuentran sus dos fundadores, dos docentes y tres representantes de un semillero de investigación adscrito a la REDH, denominado COGNIVES.
En el desarrollo de distintas experiencias de RCH, se han ido desplegando una serie de dispositivos para activar la memoria colectiva de las comunidades. Lola Cendales y Alfonso Torres han sido tal vez los dos educadores populares que más han aportado en la creación y consolidación de estas técnicas dialógicas y conversacionales, con las cuales se busca potenciar los recuerdos de las y los involucrados en la tarea de recuperar su pasado común.
A partir del reconocimiento de ciertas formas y mecanismos que los pueblos tienen para preservar y conservar su memoria (tradición oral), o la adaptación de algunas técnicas propias del campo investigativo (entrevistas semi-estructuradas) y educativo (talleres, actividades de expresión estética, etc.), se han venido utilizando una serie de dispositivos que han contribuido a mejorar el relato consensuado que se produce de forma colectiva en este tipo de experiencias investigativas.
El ambiente de confianza, afecto, sonrisas y verdadera disposición al diálogo que tendría que caracterizar a cualquier proceso en el que se reconstruya colectivamente la historia de una experiencia, se embellece y recrea en el momento que se dispone de ciertos dispositivos que, activando emociones, sentimientos y sentidos, posibilitan otra manera de convocar a los recuerdos. Se está de acuerdo entonces, con Lola y Alfonso (2001) cuando sostienen que:
Recordar es volver al corazón, el recuerdo no sólo encierra datos del pasado sino múltiples vínculos emocionales, valorativos y relacionales con dicho pasado, con el presente y con los demás. Por ello los dispositivos de activación de memoria también buscan reconstruir vínculos sociales y alimentar identidades colectivas; es decir son técnicas conversacionales que reconstruyen realidades pasadas y activan lazos subjetivos entre quienes participan (pp. 67 y 68).
Algunos de los dispositivos que se han empleado en las experiencias de RCH para este trabajo son: las tertulias y otras técnicas conversacionales, la elaboración de una línea de tiempo, y revisión documental.
A pesar de que no se puede hablar de metodología sino de
metodologías de la sistematización, a continuación, se intenta señalar de
manera esquemática y general las cuatro grandes dimensiones o momentos que, por
lo general, se desarrollan durante la sistematización de experiencias y que son
tenidos en cuenta para la realización de este trabajo. Al respecto, se señala
que “no se trata de etapas o pasos
secuenciales, sino de aspectos que se desarrollan simultáneamente a lo largo
del desarrollo de la experiencia sistematizadora, así haya momentos en los que
se haga énfasis en uno de ellos” (Lola y Alfonso, 2001, p. 15).
Dentro de la bibliografía consultada, es común encontrar por lo menos cuatro momentos o dimensiones en las que los énfasis del proceso se desplazan durante la realización de una sistematización de experiencias. Estos son:
·
Discusión inicial y diseño global de la propuesta: Es el
primer momento en el que se dialoga alrededor de la propuesta de
sistematización; se define la problemática específica que va a ser sistematizada, y se determinan más o menos los
tiempos, formas y momentos de encuentro, así como, los objetivos y
responsabilidades (del equipo de sistematización, los facilitadores y los
actores de la organización).
·
Reconstrucción colectiva de la historia: A partir de
una serie de encuentros, talleres, conversaciones y otras técnicas de
activación de memoria, empieza una tarea
reconstructiva en la que se produce un texto
descriptivo y “consensuado” sobre la historia de la experiencia, en el que se
reconocen los distintos momentos, puntos de inflexión, categorías de actor,
conflictos y lecturas diversas que sus propios involucrados tienen en relación
con la experiencia vivida.
·
Análisis e interpretación de la información: Este
resulta ser muchas veces, el momento más difícil para algunos de los prácticos reflexivos de las organizaciones populares y
sociales, los cuales, muchas veces no están
acostumbrados a relacionarse con teorías. Sin embargo, este “segundo” texto es muy importante para el presente de las
organizaciones que participan en una sistematización,
debido a que pretende realizar el
análisis e interpretación de la experiencia a partir de la construcción y
definición de las categorías que, a juicio de sus participantes, emergieron
como las más “potentes” durante el análisis del texto descriptivo elaborado
conjuntamente. Este momento del proceso centra su énfasis sobretodo en la construcción de sentido crítico sobre
las propias prácticas sociales y en el reconocimiento de factores y contextos
estructurales que están mediando permanentemente la significación que se construye de la realidad.
·
Análisis del contexto y prospectiva de las
experiencias: Acudir a la historia desde la perspectiva crítica de
la sistematización de experiencias, solo adquiere sentido cuando a partir de
ella se busca comprender el presente de las propias prácticas y contextos para
transformarlos. Ya sea que se
persigan objetivos maximalista –como serían, por ejemplo, la iniciación de
procesos de recuperación de tierras, nuevos cursos de acción política o cambios
estructurales en la forma de organizarse y articularse en el territorio- u
otros un poco más modestos y minimalistas –como serían, por ejemplo, el cambio de actitudes y
representaciones de la realidad o la afectación de ciertos hábitos y prácticas
de las organizaciones-, lo cierto, es que la sistematización de experiencias
pretende de manera explícita aportar a los procesos de cambio y transformación
social.
Finalmente, existen otros elementos que se encuentran relacionados entre sí y que atraviesan todos los momentos de la sistematización, como son: la participación de los propios actores que hacen parte de la experiencia; la formación como eje de articulación de la propuesta sistematizadora, y la comunicación como forma de compartir los conocimientos y sentimientos que se van produciendo a lo largo del proceso. Esta sistematización busca generar un espacio de diálogo que permita reconstruir diversos procesos que median la conformación y articulación de la Red de Educación y Desarrollo Humano, buscando con ello la apropiación crítica de la experiencia por parte de los integrantes de esta red, así como también propiciar espacios de reflexión y aprendizaje que resulten significativos para el presente y futuro de las personas que conforman o conformaron esta organización.
La Red de Educación y Desarrollo Humano –REDH, es una organización que funciona aproximadamente desde el año 1993 en el Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud[1]. Sus acciones giran en torno a la reflexión de las prácticas pedagógicas, la investigación, innovación y transformación de la educación desde su núcleo: las aulas de clase. Se trata de un grupo amplio y heterogéneo, el cual convoca los intereses de estudiantes, profesores, profesionales y académicos en general, que cuentan con diversos niveles de experiencia. Durante su trayectoria, la REDH ha realizado importantes aportes en los procesos de formación en investigación, apropiación social del conocimiento y generación de propuestas educativas para el agenciamiento social en diferentes escenarios educativos del país y la región.
En general, la REDH puede definirse como una plataforma de interacción en el que diversos grupos de personas e instituciones tejen relaciones de intercambio de saberes, construyen propuestas de forma conjunta, reflexionan sobre sus propias prácticas pedagógicas, sean estas institucionales o populares, y buscan la transformación de la educación a través de la investigación y la innovación.
Dada la diversidad tanto de personas como de procesos encontrados en la REDH, reconstruir y comprender las experiencias de este grupo en general no es tarea fácil. Esto implica acercarse a los múltiples factores que determinan su lógica. Para el caso de la sistematización de la REDH, desde la Reconstrucción Colectiva de la Historia -RCH, se generó una dinámica de interacción grupal a través de la tertulia, permitiendo recoger las experiencias y aportes significativos de la misma y que son vividos por algunos de sus actores en momentos específicos a lo largo de su trayectoria.
El reconocimiento de estas experiencias evidenció que la lógica de la REDH está ligada con el contexto en que se desenvuelve y las dinámicas de grupo generadas por la interacción de sus participantes. Esta interrelación genera una forma de asumir las tareas propias, unos aprendizajes y la proyección de su que-hacer. Por esta razón, el presente apartado, que presenta los resultados de la sistematización de la experiencia de la REDH, se compone de dos grandes momentos: El primero da cuenta de una cronología a manera de línea de tiempo, y que recoge la reconstrucción colectiva de la historia de la REDH. El segundo muestra los impactos más relevantes reconocidos por sus participantes a nivel nacional.
En el año 1994, un equipo gestor conformado por reconocidos maestros e investigadores del país, planteaba tres tendencias centrales que daban apertura a la creación de la Red de Educación y Desarrollo Humano:
1.
Reflexión sobre las prácticas educativas creativas e innovadoras.
2.
Configuración de la noción de maestro como sujeto del
saber, que en colectivo y en nuevas
formas de interacción puede cualificarse a través de procesos de formación permanente.
3.
Consolidación de prácticas investigativas situadas en
contextos educativos con el fin de transformar las realidades de la escuela.
Estas tres tendencias propuestas querían dar respuesta a problemáticas presentes en el sistema educativo colombiano, y que requería una intervención creativa a tales situaciones, como:
·
La alta repitencia y deserción presentada en la
educación primaria y secundaria (Una proyección basada en las tasas de
eficiencia interna, indica que de cada 1.000 niños que inician primaria, sólo 403 de ellos completarían el ciclo
educativo en undécimo grado [Fuente: MEN]).
·
Al igual que los niveles de cobertura, la prevalencia
de un modelo pedagógico tradicional
(el alumno es visto como una página
en blanco, un mármol al que hay que modelar, un
vaso vacío o una alcancía que
hay que llenar), la violencia y, en general, a una cultura escolar distante de las culturas juveniles, por
efecto del cambio de época y el desarrollo tecnológico.
·
Niños y Jóvenes, cada vez más expresan nuevas
sensibilidades, nuevas formas de ver el mundo y nuevos códigos de vida que
deben ser tenidos en cuenta por docentes.
·
La existencia de muchas propuestas educativas
innovadoras que surgen en el seno del aula, y que son totalmente desconocidas
por los docentes y directivos en sus propias instituciones, como también por
otras autoridades como jefaturas de núcleo, secretarías municipales y
departamentales de educación.
·
La no existencia
de escenarios para la visibilización, socialización, realimentación,
fortalecimiento y sistematización de estas iniciativas, hace necesario abrir un espacio alternativo que brinde la
posibilidad de diálogo entre estas experiencias y que desde allí se pueda
construir un horizonte conjunto que permita
articular y movilizar a estos y otros actores para reflexionen acerca de sus
prácticas innovadoras y que llevarlas a otro escenario, donde estas puedan
servir de referente y de metodología para comprender y transformar las realidades
de la escuela.
Actualmente la REDH es una plataforma compuesta por diferentes nodos regionales e institucionales, que desde su quehacer visibiliza las diferentes iniciativas pedagógicas e investigativas adelantadas en diferentes puntos de nuestro territorio nacional y las pone en diálogo, generando así posibilidades de intercambio, ampliación y reestructuración de las mismas, logrando así un impacto importante en los contextos en los que se desarrollan.
La Red de Educación y Desarrollo Humano –REDH-, es una red formada por distintas personas, grupos de personas e instituciones que han buscado un punto de convergencia para los esfuerzos realizados en materia educativa y de desarrollo humano, a fin de mejorar la calidad de la educación en cada región de Colombia. Su extensión en el territorio nacional, la ha transformado hasta el punto de ser hoy una red con significativos vínculos de interdependencia y plena autonomía en la gestión de sus procesos.
La REDH surge por iniciativa del movimiento de educadores y de los profesionales que trabajan en contextos educativos, la Maestría en Pedagogías Activas y Desarrollo Humano, hoy acreditada como Maestría en Educación y Desarrollo Humano y ofrecida por las dos Instituciones líderes de este Proyecto (Universidad de Manizales y CINDE) y logra su mejor expresión en el Centro de Estudios Avanzados en Niñez, Juventud, creado por las dos Instituciones anteriormente mencionadas.
Esta expresión dinámica de la REDH, ha sido la mejor evidencia de contrarrestar el trabajo individualista que durante años caracterizó a los educadores. Hoy en día, es fácil identificar grupos de profesores que desarrollan investigación e innovación pedagógica en torno a un saber específico, y de un saber pedagógico en general y se comunican de manera fluida a través de canales creados en la REDH, que a pesar de la distancia física geográfica logran discutir, reflexionar y crear de manera lúdica a través de los medios electrónicos.
Sin embargo, para el desarrollo humano, educativo y social esta condición tecnológica, a pesar de ser necesaria, no es suficiente para el trabajo en red, toda vez que el encuentro humano vital para “lenguajear y emocionar” (Maturana, 1996), entre investigadores, confirman que las verdades son múltiples, que no existe una teoría pedagógica única que de razón de todos los asuntos educativos y que solo se avanza cualitativamente en la práctica a través de la investigación y con la realización de proyectos innovadores.
La estrategia de acción colectiva en los nodos regionales del país ha consistido en la movilización y organización de la sociedad de educadores en grupos de reflexión permanente, potenciando la consolidación de comunidades académicas, legitimadas por las relaciones horizontales que se dan entre el grupo. Obviamente que la organización en red de los educadores que hacen investigación y generan innovación en el aula requiere de un líder que canalice los intereses del grupo. La cualificación es una constante para avanzar en un plan de desarrollo que dinamice las múltiples formas de organizarse, de compartir ambientes autónomos, sin mayores formulismos y con el ánimo de perfeccionarse como investigadores o innovadores (López y Ospina, 2002).
Los encuentros realizados con los integrantes de la REDH para efectos de esta sistematización, han posibilitado la reflexión sobre la historia, las tensiones y principales desafíos que se han enfrentado como grupo. En algunos de los casos, los espacios de tertulia y reconstrucción colectiva de la historia han facilitado el encuentro entre personas que llevaban tiempo sin verse, a la vez que ha sido un escenario para la discusión de su presente y su futuro como colectivo.
En el tiempo de existencia de la REDH, ésta no solo ha asumido las tareas que le son propias en su dinámica, sino que también ha generado otros procesos que han contribuido al desarrollo del Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud -CEANJ, el desarrollo regional y nacional desde la investigación y la transformación educativa; dichas contribuciones han sido posibles gracias al decidido apoyo del CINDE.
Los impactos encontrados en la sistematización de la REDH, no se limitan meramente a la operacionalización de procesos, sino que se extienden a otras formas que como plataforma para el agenciamiento social se tienen para hacer que los resultados de estos procesos realmente tengan la adecuada difusión a otras personas e impacten positivamente sus entornos, en este caso entornos educativos.
Durante el desarrollo de esta sistematización, se evidenció que desde el año 1993 hasta el 2006, la REDH tuvo su primer momento de producción continua; que durante los años 2007, 2008 y 2009 se vivió un receso en los procesos de la REDH; y que desde el 2010 hasta el 2015, año de corte para la sistematización, ésta ha tenido un segundo periodo productivo. En el primer periodo, la REDH tuvo una tendencia al crecimiento desde la constitución de nodos institucionales, la vinculación de investigadores reconocidos a sus actividades y la coordinación de dos procesos fundamentales para la educación en nuestro país: La Expedición Pedagógica y el Programa Pléyade. En el segundo periodo de trabajo de la REDH, la apuesta es por la formación en investigación, la construcción de una metodología investigativa como la de las Cartografías Poéticas, y la incidencia de la REDH a nivel nacional e internacional.
La experiencia acumulada por la REDH, da cuenta de cómo la formación, la investigación y la transformación educativa, son elementos importantes y valorados por las comunidades educativas de diversos tipos: estudiantes, maestros, agentes institucionales, investigadores, etc. La orientación hacia el desarrollo humano es otro factor de vital importancia, en tanto que los integrantes reconocen un ejercicio humanizante desde las actividades adelantadas por la REDH.
Todos estos aspectos, sumados a las falencias encontradas durante el tiempo de trabajo, han llevado a que los integrantes de la REDH se visualicen a futuro y establezcan nuevas expectativas que resignifiquen su labor y abra nuevas posibilidades para la superación de dichos problemas y fortalezcan sus prácticas en los diferentes escenarios educativos.
Desde su surgimiento, la REDH ha impactado
positivamente al Centro de Estudios Avanzados de Niñez y Juventud –CEANJ, con
la formulación de la Maestría en Educación y Desarrollo Humano[2],
la cual en su momento fue la primer
Maestría que tendría la ciudad de Manizales, aportando en la cualificación de
las prácticas pedagógicas de maestros de la región; y que en la actualidad recibe participantes de diferentes puntos
de la geografía nacional[3].
Es precisamente en la Maestría que la REDH tiene un alto impacto con el
acompañamiento a los participantes en la formulación de las Propuestas
Educativas para el Agenciamiento Social –PEPAS-, logrando la consolidación y
movilización de comunidades académicas alrededor de estas propuestas, y
poniéndolas en diálogo con otras experiencias trabajadas en los nodos de la
REDH.
… la REDH permite que la maestría no se agote solamente en los saberes teóricos sino que facilita la construcción de marcos interdisciplinarios de quienes participan de la maestría, bien sea como profesores, bien sea como participantes, o bien sea desde las experiencias que todos traen al aula, entendiendo la educación como una condición de posibilidad en donde personas que trabajan con estas comunidades también pueden transformarlas (L. López, comunicación personal, 2015, septiembre 15).
En 2015, la Maestría tiene cuatro (4) promociones activas, para un total de 22 promociones en toda su historia. De acuerdo al informe maestro de acreditación de alta calidad del programa presentado al Consejo Nacional de Acreditación –CNA[4], en los últimos 5 años la Maestría presenta un número de 113 graduados, de los cuales 6 coordinan actualmente nodos de la REDH[5] en sus respectivas comunidades académicas.
Con la movilización de 50 maestros expedicionarios en el Eje Cafetero, particularmente en Risaralda y Quindío, la Expedición Pedagógica en esta región permitió reconocer 1600 prácticas pedagógicas adelantadas en los salones de clase por maestros innovadores de educación básica y media, escuelas normales y licenciaturas. El diálogo entre quienes movilizaron dichas prácticas, permitió no solo reconocer la gran diversidad con las que estas son llevadas a cabo, sino que también, permitió formular nuevas preguntas de carácter didáctico, metodológico y pedagógico, lo que llevó a la transformación tanto en las subjetividades de los maestros, como en el ámbito experiencial y vivencial de las instituciones y los entornos educativos que se vieron afectados por la expedición.
Desde la experiencia del Programa Pléyade, fueron acompañadas alrededor de 150 instituciones educativas situadas en el Departamento de Caldas y cuyo objetivo era gestar procesos de iniciación en la ciencia de los niños y jóvenes a través de los talleres realizados por los protagonistas del programa en distintos campos disciplinares. En este mismo horizonte se consolidaron los Semilleros de Investigación que finalmente desembocarían en lo que hoy se conoce como el Programa ONDAS, y que se ha convertido en un espacio articulador de REDES como FUNDECA y REDIPE.
Como resultado de esta experiencia se realizaron Foros Educativos Regionales en los municipios de Manizales, Salamina y Anserma. En estos Foros se han logrado estructurar espacios de conversación y diálogo entre distintos actores educativos, donde participaron investigadores, maestros y estudiantes, permitiendo que los saberes especializados interactuaran con las experiencias y prácticas de aula. Este tipo de encuentros afirma el sentido de la REDH como plataforma de convergencia de saberes educativos para el agenciamiento social, garantizando el reconocimiento, la visibilización y la retroalimentación de lo que acontece en estos escenarios.
En este contexto regional también se ha llevado a cabo la Semana de la Pedagogía Crítica cuyo objetivo ha sido discutir y actualizar los principios expuestos por Paulo Freire, las rutas del Pensamiento Crítico Latinoamericano y agenciar estos postulados en las prácticas pedagógicas, no sólo al nivel de la Escuela, sino también en el ámbito de las comunidades como Educación Popular.
Como REDH se ha ganado un lugar en los escenarios donde se construyen las Políticas Públicas en Educación como en el Comité Intersectorial por la Calidad de la Educación, instalando las reflexiones y los horizontes desplegados desde las instancias propias de la REDH. En este sentido se propuso el “voto por la educación”, logrando comprometer a los actores políticos y sus agendas de gobierno con una educación pertinente, situada, crítica y en clave de la transformación social.
Por otra parte se ha participado en una instancia de agenciamiento académico como la Red de Maestrías en Educación y Ciencias Sociales, espacio en el que convergen los directores de los programas de postgrado en educación de la región, y donde la REDH ha posicionado el sentido de la formación de Maestros investigadores de sus prácticas, a partir de la pregunta por sus impactos en su comunidad y la generación de nuevos saberes.
Por último, un impacto regional que la REDH ha generado en el campo de la educación, pasa por afectar la trama curricular de las Escuelas Normales del departamento, permitiendo la reflexión y evaluación constante bajo los criterios estructurados en distintos procesos.
En el ámbito de los impactos a nivel Nacional, la REDH ha impulsado y ha participado en la realización del Simposio de Investigación en Educación, que está en su quinta versión. Este Simposio se ha convertido en un escenario de reflexión pedagógica, visibilización de experiencias, generación de nuevos conocimientos y fortalecimiento de redes de pensamiento y acción que buscan transformar los espacios educativos diseminados por toda la geografía del país.
El reconocimiento alcanzado por la REDH en estos escenarios, le ha permitido participar de manera dinámica en los Foros convocados por el Ministerio de Educación Nacional, exponiendo las ideas y desplegando los sentidos que se han gestado al interior de sus procesos.
Otro impacto fundamental a nivel nacional reside en haber estructurado los nodos de la REDH ampliando de esta manera su capacidad de intervenir en otras realidades e interactuar con otros actores educativos. Además de ganar en cobertura investigativa, los Nodos son espacios que hacen posible el reconocimiento de las iniciativas emprendidas en distintos lugares para ser replicadas en contextos diferentes.
En el ámbito de los escenarios educativos potenciados con el uso de las TIC’s la REDH ha generado una estrategia de formación a través de la creación del Diplomado virtual en Sistematización de Experiencias Educativas y Sociales, cuya fuerza reside en garantizar el diálogo de los actores involucrados desde el campo de la Educación Popular. El Diplomado busca evidenciar cómo estas experiencias pueden transformar realidades a partir del intercambio reflexivo de las prácticas situadas en comunidad.
Con la consolidación de los Convenios marco de cooperación con Instituciones Educativas Internacionales, la REDH ha logrado participar en las reflexiones latinoamericanas en torno a la calidad de la educación, la formación investigativa de los maestros, la atención a la primera infancia y la formulación de políticas públicas en educación, en contextos decisivos como México (Comisión Iberoamericana de Calidad Educativa), Chile (Universidad de la Serena y Universidad Academia de Humanismo Cristiano) y Argentina (Red de Diálogos Productivos). Esta experiencia ha posibilitado la movilidad internacional de los actores de la REDH consolidando una comunidad de experiencias, discursos y prácticas cuyo horizonte constituye un sueño compartido.
En un tiempo marcado por la vocación individualista, signado por los modelos de la acumulación capitalista, atravesado por el desmantelamiento de la vida en comunidad, la aventura de hacer REDH y construir en solidaridad y alteridad un lugar para el pensamiento y la acción, se convierte en un gesto político que hace fisura en el orden establecido. Eso que aprendimos en la Educación Popular y en la Sistematización de Experiencias, adquiere aquí el valor de una huella imborrable. La REDH es producto de las disidencias, de la búsqueda de lo común en medio del teatro de la indiferencia.
El desarrollo, consolidación, diseminación, potenciación y articulación nodal de una red académica, de pensamiento y acción, demanda un esfuerzo compartido, una comunidad gozosa capaz de hacerse cargo de los horizontes que animan los deseos de transformación social. En este esfuerzo hermenéutico, fenomenológico, existencial, pedagógico y político, se requiere del liderazgo de quienes la componen, de la exposición de sus afecciones, de la autenticidad y honestidad de sus motivaciones, de la responsabilidad y eticidad de sus acciones, dimensiones internas y externas que hacen posible dinamizar un que- hacer colectivo y que orientan y donan de sentido las prácticas y las reflexiones que de ellas hacemos.
En la experiencia de REDH que aquí se ha sistematizado, estas dimensiones se han movilizado a partir de los cambios y acontecimientos que trastornaron, agitaron e irrumpieron en la década de los 90’s; agenciamientos sociopolíticos que tuvieron lugar bajo el sentimiento finisecular de una época convulsionada y que buscaba que las promesas constitucionales no se desvanecieran en las arquitecturas estatales de la corrupción y la represión. Esta primera movilización yace en el fondo de la experiencia de la REDH.
En un horizonte más próximo, en las microfísicas del poder que también son testimonio de una época, las dimensiones de la REDH se vieron potenciadas por los lineamientos estratégicos, principios misionales y procesos adelantados desde el Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud del CINDE y la Universidad de Manizales, generando un contexto de realidad situada, en el que la reflexión de la prácticas pedagógicas, la investigación y la innovación en educación, inspiraran la acción colectiva entre maestros, estudiantes y agentes educativos.
Transitando por los intersticios que la Ley General de Educación (en un contexto de Democracia Participativa) permitía, la REDH logró interpretar los modelos educativos en diálogo con las comunidades locales, instaló maneras de hacer educación en clave de lo popular y posibilitó la resignificación de las pedagogías críticas, escenario que finalmente daría lugar a las múltiples experiencias que hoy se pueden relatar, sistematizar y evidenciar en esta investigación.
En su devenir histórico la REDH ha tenido momentos de estructuración y resignificación que le han permitido renovar su discurso, sus prácticas y sus horizontes. Heredera de una memoria de más de dos décadas, la REDH se convierte en una experiencia significativa para diversas comunidades académicas, además de ser el referente de acción colectiva y agenciamiento social de la región.
La coherencia de pensamiento y acción de la REDH, le ha dado un lugar importante en el escenario de las reflexiones educativas y en los circuitos de producción y circulación de los saberes pedagógicos en el ámbito comunitario y universitario. En este sentido se comprende el papel que la REDH ha jugado al interior de dos reconocidas instituciones de la región (Universidad de Manizales y CINDE) en los procesos de formación en investigación, en la consolidación de comunidades académicas y en el trabajo articulado entre las mismas.
Finalmente, los hallazgos, las reflexiones, las conclusiones de esta sistematización, evidencian la REDH como una plataforma para el Agenciamiento de propuestas innovadoras de carácter educativo y social, logrando así grandes impactos y transformaciones en los territorios en la que ésta ha tenido incidencia, y en los espacios en los que hoy despliega sus acumulados históricos.
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[1] Alianza entre la Fundación Centro Internacional de Educción y Desarrollo –CINDE y la Universidad de Manizales.
[2] Antes Maestría en Pedagogías Activas, Pedagogías Constructivistas y Desarrollo Humano, ofertada por el CEANJ del CINDE y la Universidad de Manizales.
[3] Costa Norte, Eje Cafetero, Santanderes, Nariño, Valle, Antioquia, Chocó, Putumayo y Caquetá.
[4] Informe presentado en 2015 al CNA con fines de acreditación de alta calidad.
[5] Nodos coordinados por egresados de la Maestría: Santander de Quilichao y Miranda en el Cauca; Universidad del Quindío en Armenia; Universidad Popular del Cesar en Aguachica; Universidad Cooperativa de Colombia en Cali y Salamina en Caldas.